viernes, 24 de junio de 2016

Replanteándose la educación más básica

Hace algún tiempo estuve revisando la historia del hombre: su evolución y su desarrollo tecnológico y cultural. Ha pasado mucho tiempo desde el primer homínido hasta hoy. En este tiempo, millones de años, nuestra fisionomía, cerebro, cultura y costumbres han evolucionado enormemente. Lo que me ha hecho pensar ha sido el hecho de que, según he leído, "un estudiante de hoy sabe más del mundo y el universo que cualquier gran mente de hace un par de siglos". Y es cierto. Hoy sabemos mucho pero, además, hay mucho que consideramos que es básico conocer.

Y de ahí este post, que no es de conclusiones, sino de preguntas. Muchas preguntas.

Y la primera es: si consideramos que la educación básica (primaria y secundaria, por poner), es tan extensa como para saber operaciones relativamente avanzadas, historia con cierto detalle, análisis sintáctico, fundamentos de física y química, capitales del mundo, nombres de ríos que no veremos en la vida... ¿Qué puñetas no es básico? ¿Quién establece lo que es básico? Supongo que expertos en el tema. Un matemático hará el programa de matemáticas, ¿no? Entonces, ¿hasta qué punto el matemático no cree "básico" algo que lo es en relación con el conocimiento completo de matemáticas, que es lo que él conoce? Yo considero básico en mi profesión algo que puede que quien no se dedique a la programación no vaya a usar en la vida. ¿Es eso realmente básico?

Y digo yo, ¿qué es "básico"?

Concibo la educación "básica" como aquella que nos proporciona conocimientos que debemos saber, porque hay una alta probabilidad de que vayamos a necesitarlos a lo largo de nuestra vida. Y, desde luego, algunos más conviene tenerlos aunque sólo sea para poder entender lo que otros hacen. El caso es que muchas veces leo a gente opinar sobre la educación en disciplinas concretas, como técnicas, y lo hacen en forma de "hay que promover la ingeniería entre los jóvenes". Entonces, ¿no estarán los expertos asesores cayendo un poco en "enseñemos más de lo nuestro para promover que los chicos lo conozcan y se metan en nuestra carrera"? ¿No habrá, además de un exceso de creencia de que nuestro campo de conocimiento es más importante que los demás, una tendencia a pensar que es bueno que los jóvenes sepan lo que hacemos y hagan lo mismo que nosotros? Algo parecido a los padres del s.XIX, que siempre querían que sus hijos hiciesen lo mismo que ellos.

Mi hijo mayor tiene ahora mismo la capacidad mental que permite a cualquiera hacer videojuegos. Le falta experiencia. Mucha. Pero capacidad mental tiene. A mí me cuesta enseñarle todas las semanas, porque el tiempo no me sobra. Una pena. Si mi hijo tuviese 100% claro que quiere programar juegos, ¿estaría justificado que su campo de estudio estuviese fundamentalmente orientado a eso? Problema: creo que hasta los 20 años ninguno lo tiene ni medianamente claro. Entonces, no enfocamos más el estudio hacia una disciplina u otra, ¿porque creemos que no tienen un cerebro lo suficientemente desarrollado, porque creemos que les faltan aún muchos conocimientos básicos o porque aún no saben lo que quieren?

Mi hijo de 10 años sabe de todo. Y, aunque nos parece que saben poco, porque nosotros sabemos más, la realidad es que, a poco que repasemos sus libros nos daremos cuenta de que mucho de lo que ahí aparece lo hemos olvidado o lo recordamos según lo leemos. ¿Eran cosas básicas? ¿Cuál sería la consecuencia de que no estudiasen todo eso? ¿Cuál sería la consecuencia de que nosotros no lo hubiésemos estudiado? ¿Pretendemos poner todo eso para que, sacando un 5, sepan lo realmente básico? ¿O es que en el s.XIX inventamos un sistema de enseñanza y, según aprendimos más, hemos ido añadiendo y añadiendo materia sin replantearnos que igual estamos dando por básico cosas que no lo son tanto?

Igual el tema es que creemos que nuestra disciplina es la más importante, cuando no lo es. Igual pensamos que, si un adolescente no sabe lo que para nuestro campo de especialización es básico, pese a que no lo sea para la vida, es un ignorante. Tal vez, sólo tal vez, el ser humano no está preparado para elegir su camino de manera fiable hasta los 20 y, hasta entonces, necesitamos tenerles ocupados porque tenemos que trabajar. Así que está bien que aprovechen y aprendan lo básico, lo que no es tan básico y lo que nos gustaría saber a nosotros, ya de paso. Puede que no queramos que hagan lo primero que se les ocurre por miedo a que luego cambien.

En definitiva, y ya sé que dije que no sacaría conclusiones, lo que tengo claro es que hasta lo más dado por seguro es hoy replanteable en educación porque, a poco que lo pensemos, es un sistema de 200 años, y en estos dos siglos ha cambiado todo tanto que algo de diseño tan antiguo ya no puede funcionar. Ni de guasa. No los programas o asignaturas, no: lo básico y fundamental.

Igual habría que reducir la jornada de estudio puro de los chavales, reducir "lo básico", y hacerles explorar más. Igual habría que ir concentrándose más en estudiar a cada niño y lo que le atrae y motiva, para guiarle pronto a algo que realmente le guste, que a revisar si sabe o no sabe cosas que luego olvidará para siempre. Igual el sistema debería ser más flexible y estar más enfocado a estudios para adultos trabajadores, para permitir que sea fácil cambiar, por si nos equivocamos; por si la tecnología avanza y necesitamos aprender más. Igual hay que enseñar lo "realmente básico" los tres o cuatro primeros años de infantil, aumentando las horas de juego para, luego, olvidarse de generalidades y empezar a orientarles a estudios más avanzados de disciplinas que se enmarquen en lo que van a ser de mayores, porque sabemos qué es lo que le gusta, permitiendo con ello una mayor especialización durante más tiempo.

Suelo pensar que lo que hay es por algo y, normalmente, es fruto de una evolución que tiene sentido. Pero hay ocasiones también en que replantearse lo más fundamental viene bien y lleva a revoluciones extraordinarias: puntos de inflexión en la historia. Me pregunto, para terminar, cuál de las dos opciones es la que debería aplicarse a la educación tal como la conocemos.

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