miércoles, 25 de mayo de 2016

Eterna discusión: videojuegos y violencia

Hace un tiempo vi el DICE Summit de este año 2016. Tras un excesivamente largo y soso discurso del Presidente de la Academia de Artes y Ciencias Interactivas, comienza una charla donde ponen, nada más comenzar, un extracto de un programa de 2012 donde Penn Jillette defiende los videojuegos cuando alguien trata de argumentar que jugarlos tiene que ver con una de las últimas matanzas estudiantiles de Estados Unidos. Hablamos, claro, de "Call of Duty". He aquí el vídeo (en inglés):

La matanza a la que se refieren es la de la Escuela Elemental Sandy Hook, en Connecticut. Un chaval de 20 años entra en ella y dispara contra los niños y los profesores, matando a 20 menores de 8 años y 6 adultos. Realmente trágico.

El chico que perpetró la matanza jugaba a "Call of Duty". También tenía diagnosticados varios problemas psiquiátricos, pero eso no parece importar tanto. Prácticamente todos los chavales que han entrado en un colegio y han tiroteado alumnos y profesores, que han sido varios en Estados Unidos, tenían, como mínimo, problemas psiquiátricos, especialmente relacionados con la empatía y socialización. Sinceramente, creo y a poco que todos lo pensemos podemos considerar, que esos problemas son una fuente más factible para esas tragedias que "Call of Duty". Pero supongo que decir eso provocaría las críticas de pacientes que los tienen y de asociaciones diversas diciendo que "no por tener esta enfermedad somos unos asesinos". Y es verdad.

Las matanzas en colegios se remontan a tiempos muy anteriores a los videojuegos, incluso al cine y la televisión. Se puede encontrar una lista en Wikipedia. Eso, claro, y siendo crítico, no quita para que algunos de los últimos autores de masacres escolares hayan sido jugadores de, no ya videojuegos, sino FPS (género de pegar tiros, tipo "Call of Duty" o "Doom").

La cuestión es, ¿generan los videojuegos actitudes violentas? No soy un experto, pero por lo que he visto y leído, sumado a echarle un poco de sentido común, me hago una idea.

En primer lugar, shooters hay muchos. Desde los más hardcore, tipo "Doom", en plan "sangre, sangre, sangre" a los más light, como "Splatoon", donde disparas pintura. Los primeros no creo que sean buenos para niños de corta edad. Y creo que todos podemos estar de acuerdo. Evitarlo es cosa de los padres. Los simplones y sin sangre ni muertes, como "Splatoon" no hacen daño a nadie.

En segundo lugar, insisto, hablamos de gente con problemas mentales. Si un enfermo mental se pone a atropellar a gente, dudo que la prensa se ponga en modo anti-coches: se preguntarán por qué han dejado conducir a ese tío. Pues los videojuegos igual. No entiendo que a un chaval sociópata medicado o con un perfil depresivo o lo que sea que tengan le dejen ponerse a jugar a un shooter violento. Pero aquí sí: se critica al videojuego. ¿Por qué? Porque es algo que no se ve como útil, algo que no está en la vida de quienes critican y a lo que no tienen ningún afecto. Pero, en el fondo, la situación es idéntica: no des a quien no puede tener un mínimo de responsabilidad porque tiene una enfermedad mental medios para que su cabecita empiece a generar problemas.

Y, siendo padre, entiendo que mi responsabilidad es, precisamente, controlar eso. ¿Tu hijo tiene un problema de ese tipo? Ayúdale. Ponerle delante de un monitor a matar, matar y matar no es precisamente lo más responsable, ¿verdad? Ni lo es ponerle frente a la televisión a ver "Gladiator", que enseña bien de sangre, no digamos una de Tarantino.

Así que dejémonos de criticar lo que desconocemos y vayamos a la razón de las cosas. El problema en toda esta historia, y no es un problema sencillo, es que hay gente con ciertos problemas que no reciben el apoyo ni la supervisión requerida por parte de quienes les rodean. Si ya me asombro cuando viene mi hijo de 8 años diciendo que sus compañeros juegan a "Call of Duty", lo que me parece por parte de sus padres una completa irresponsabilidad, no digamos si en vez de un niño de 8 años es uno de 20 con problemas psiquiátricos.

Quiero suponer que los médicos que tratan a estas personas advierten a sus padres de lo que no deberían permitir (como dejar que perciban cierto grado de violencia, sea en una película o un videojuego). También me encantaría suponer que los padres de este mundo saben a qué juegan sus hijos. Por desgracia, esto último tengo comprobado que no pasa. Resulta curioso cómo las AMPAs y Cuerpos de Seguridad dan charlas en los colegios sobre seguridad en Internet, para proteger a sus hijos de lo que hay ahí fuera, pero, como nos creemos que nuestros niños, hagan lo que hagan, son perfectos, nadie da charlas a los padres para que conozcan los videojuegos a los que juegan sus niños.

Y sirva un ejemplo. En una charla de padres con la tutora de uno de mis hijos surgió el tema de que los niños no eran respetuosos unos con otros. En concreto, una madre mencionó que repiten mucho un adjetivo que a ella le molesta especialmente: "pringao". Hablando del tema con un padre, resulta que se mostró de acuerdo. Cuál sería mi sorpresa al escucharle, cuando su hijo sé perfectamente que es un lector de la serie del "Diario de Greg", cuyo primer volumen se titula "un pringao total". Y me pregunto: ¿ese padre sabe lo que lee su hijo? A mí me da igual: creo que los de Greg no son malos libros, aunque preferiría otros. Pero claro, si no estás de acuerdo con algo que estás dando a tu hijo, la cosa tiene miga.

Entender lo que nuestros hijos consumen es importante. Hay padres obsesos del ejercicio que hacen sus hijos, los hay de lo que comen, de lo que aprenden cada día... Pero luego hay muchos que van a Game y miran la caja de del videojuego que les ha pedido su hijo como si mirase una obra literaria en japonés, preguntándose qué será eso, y van y se lo compran. Con dos narices. Porque sus compañeros lo hacen. O porque su hijo dice que sus compañeros lo hacen. Pero oye, pensará el padre que su hijo está bien educado, por no decir que es perfecto, y sabrá lo que consume.

Con dos narices.

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