lunes, 28 de marzo de 2016

Ideas equivocadas sobre las elecciones (II): Parlamentos, congresos y cámaras

En este segundo post de la serie (el primero, de votos nulos y abstenciones), voy a hablar del aparato legislativo. Concretamente, de las "cámaras de representantes". Todos tenemos claro lo que es: en España están el Congreso de los Diputados y el Senado. Pero, ¿por qué hay dos? ¿Por qué no hay una, como en Finlandia? ¿Por qué no tres o cuatro? ¿Por qué se llaman alta y baja?

Además, aclararé una cuestión terminológica: España tiene Parlamento. Estados Unidos no. De ahí pasaré a explicar la naturaleza del distrito electoral o circunscripción. Ese concepto, que muchos consideramos que genera desigualdades y problemas, tiene su porqué. Claro, que también tiene sus problemas...

Cámaras de Representantes

En los pueblos no era infrecuente, cuando todos ellos eran pequeños, que los vecinos se reuniesen en asamblea. Iban todos, sin excepción (en ciertos lugares y tiempos, sólo los hombres), y opinaban y votaban sobre los temas del pueblo. El problema es que si vamos los más de 46 millones de españoles que somos a una asamblea tendremos algunos problemas de espacio, logísticos y de diálogo.

Para solucionar esas cuestiones nació el concepto de "representante". En vez de ir 46 millones de españoles a una asamblea, van algunos centenares. Lo primero que hay que resolver entonces es elegir quiénes. Lo segundo que hay que resolver es que, dado que la asamblea es un lugar que tiene sus reglas, donde conocer al resto de representantes es importante y puede dar ventaja a la hora de negociar cosas, la representación se profesionaliza. El representante pasa a vivir de ello y siempre está en la asamblea: se separa de la gente a la que representa y pierde la visión de la realidad de sus representados. Por ejemplo, un representante de una provincia lejos de Madrid, pequeña y sin grandes ciudades, pasará a vivir en una gran ciudad y a sentir problemas diferentes. Aunque vaya los fines de semana a su pueblo natal, la realidad es que es fácil que deje de ser consciente de los pequeños detalles del día a día de aquellos a quienes representa.

Aún así, el sistema representativo no tiene, a día de hoy, rival en grandes poblaciones.

Bicameralidad

Vale, estupendo, pero... ¿Y por qué dos cámaras? ¿No tenemos bastante con los 350 sueldos del Congreso para tener que pagar otros 266 del Senado?

Vamos a empezar por el caso más extremo donde adquiere sentido la bicameralidad: los estados federales. Un estado federal es lo mismo que una federación de estados. Una federación es una agrupación donde una serie de entidades u organizaciones independientes acuerdan, de igual a igual, unirse y generar una estructura común de gobierno. Los estados siguen teniendo su propia soberanía, pero ceden parte de ella al estado federal; entre otras, la parte dedicada a política exterior. De esta forma, en un estado federal los estados miembros tienen soberanía propia, pero desde el exterior se les trata como un único estado.

Así pues, imaginen que hacemos un estado federal europeo. Todos los países de la Unión Europea nos unimos en un estado único. Lo lógico, como democracia que somos, es que exista una cámara donde se represente a la población y tenga sus miembros elegidos de forma proporcional a ella. Como hay 500 millones de habitantes, más o menos, pongamos que hay 500 representantes, uno por millón de habitantes. España tendría 46; Alemania, 80; Francia, 66; Reino Unido, 63; Italia, 59... Malta no tendría ni uno (OK: le damos uno, seamos buenos). ¿De verdad creen que Malta aceptaría algo así? Nosotros seríamos el quinto estado con más representantes y no sé yo si la gente estaría contenta. Es más: si los cuatro países con más representantes deciden algo y lo votan, obtienen mayoría absoluta. Tela... Cuatro países puestos de acuerdo legislarían a su antojo sobre los 28 estados en total que somos.

Para resolver esto se crea una cámara que representa a los estados miembros. Cada estado tiene un número más igualado de representantes. En esa cámara, Malta puede hablar de igual a igual a Alemania, porque ambos son estados igual de soberanos. Dado que la primera cámara representa personas y la segunda estados, es fácil recordar que la primera es la cámara baja y la segunda, que representa a un ente suprapersonal, la cámara alta.

En Estados Unidos, por ejemplo, la cámara baja otorga un número de representantes a cada estado según su población: más población, más representantes. Y salvo alguna excepción, la cámara alta tiene dos representantes por estado: los mismos para todos. En Alemania pasa algo parecido: su cámara baja elige de forma algo rocambolesca según población (aunque con muchos matices), mientras la cámara alta otorga a los estados, según su población, de 3 a 6 representantes. Si bien no tienen los mismos exactamente, un estado como Bremen, de medio millón de habitantes, tiene 3 representantes mientras Baviera, con más de 12 millones, tiene 6. Como veréis, si bien en este caso no iguala, sí equilibra la balanza entre los estados.

Eso son los estados federales, pero lo mismo ocurre con países de gran tamaño donde las diferencias socioculturales y económicas son grandes. Francia o España son estados extensos, con gentes de una gran diversidad. Me pregunto qué dirá un extremeño cuando le digan que algunas de las autonomías más desarrolladas, como Madrid, Cataluña, Valencia, Baleares y el País Vasco, cinco en total, pueden decidir solitas lo que pasa en toda España, olvidando al árido sur: Andalucía, Extremadura, Murcia... ¿Qué será de las políticas hidrológicas, por ejemplo? Pues a los extremeños y andaluces no les hará ninguna gracia, como comprenderán. De ahí que en España, igual que pasa en Francia y en muchos países de grandes diferencias internas, la bicameralidad sea una forma de equilibrar las cosas.

¿Y por qué Finlandia, Suecia o Noruega tienen solo una cámara? Pues porque en esos países las diferencias son muy escasas y la gente se siente representada con una sola cámara, sin riesgos a que los de aquí o allá hagan de su capa un sayo y decidan en su beneficio. Y a todo esto, una curiosidad sobre los sistemas del norte... Hasta hace relativamente poco, era típico que estos países tuviesen un sistema ¡tetracameral! Sí, flipen ustedes: cuatro cámaras, nada menos. En Finlandia esto ha sido así hasta mediados del siglo XX, si no me equivoco.

No existe el parlamento estadounidense

Estas cámaras de representantes suelen tener el papel legislativo (creación de leyes) en los sistemas democráticos. El ejecutivo (aplicación de esas leyes) lo tiene un cuerpo denominado gobierno. Igual que el legislativo puede ser elegido, el gobierno también. La cuestión es ¿quién lo elige? Podríamos elegirlo todos, mediante elecciones. Pero claro, las elecciones son caras. La otra solución es que, ya que tenemos representantes, sean ellos quienes lo elijan por nosotros.

En el segundo caso, que es el que aplica con matices en gran parte de Europa, el legislativo se dice que "se erige en parlamento para elegir al jefe de gobierno". Las cámaras que eligen al gobierno (o a su jefe, más bien) son parlamentos. Las que no, no lo son. En Estados Unidos el Presidente se elige por sufragio universal (esto no es técnicamente así, pero vamos, en la práctica es lo que pasa), de forma que sus cámaras no son parlamento. Estados Unidos no tiene parlamento.

¿Y cómo se llama al conjunto de cámaras que forman el legislativo en democracias no parlamentarias? Congreso. En general, el congreso es el conjunto de cámaras que forman el legislativo, da igual el país. Peor en España decidimos llamar congreso a una de las cámaras, así que no podemos llamar congreso al conjunto. Aquí las llamamos "Cortes". O sea, que lo que en Estados Unidos es el congreso no equivale a lo que aquí es el congreso: nuestro "Congreso" es la cámara baja, lo que ellos llaman la "Asamblea de Representantes". Su "Congreso" es lo que para nosotros son las "Cortes".

miércoles, 23 de marzo de 2016

Mitos y verdades sobre el microondas

He escuchado muchas cosas sobre el microondas, y sé de muchas cosas que se escuchan y circulan por ahí sobre las microondas y sus efectos secundarios. Vamos a ver qué hay de verdad sobre el asunto...

Las microondas son perjudiciales para la salud

Las microondas son un tipo de radiación. Y con radiación no nos referimos a "cosa radiactiva", que es en lo que la gente piensa cuando se habla de radiación. Radiación, al final, es energía transmitida en forma de ondas o partículas subatómicas. Punto. Ondas electromagnéticas y partículas pequeñas, eso es lo que es la radiación. La luz de una bombilla es radiación, y no creo que nadie piense que es mala. También lo son las ondas de radio, y no he escuchado nunca decir que causan cáncer. Tampoco creo que la gente piense que su mando de la tele, las cámaras de seguridad o los sensores de proximidad de las puertas generen problemas de salud, y todo ello utiliza infrarrojos, otro tipo de radiación. A efectos de este post, vamos a ignorar partículas - como alfa y beta -, y nos centraríamos en las ondas electromagnéticas, a las que pertenecen las microondas.

Si tuviésemos que clasificar las ondas electromagnéticas en dos tipos según cómo afectan a nuestra salud, tendríamos las ionizantes y las no ionizantes. Las ionizantes son las ondas que pueden generar cambios moleculares (por ejemplo, en nuestro ADN), pudiendo hacer que una célula se vuelva cancerosa. Las no ionizantes, simplemente, no pueden. En este gráfico se pueden ver los diferentes tipos de ondas electromagnéticas (esto es, radiación), tomada de la Wikipedia:

¿Cuáles son peligrosas? Las que están más a la derecha, a partir de 3 x 1015 Hz. En la imagen, en algún lugar entre 1015 y los 1016 Hz. Básicamente:

  • Una parte de los rayos UV (ultravioleta), que es la fuente de riesgo de la luz solar.
  • Rayos X, que se usan en medicina, por ejemplo.
  • Rayos Gamma, que es una forma de radioactividad.

Como se puede ver, las microondas quedan muy lejos, a la izquierda. Por tanto, las microondas NO causan cáncer. Lo que sí hacen, que es por lo que los hornos microondas requieren de equipamiento especial en las puertas, es generar calor. Por eso se usan en cocina. Son peligrosas porque pueden quemar, no porque puedan generar cáncer.

...y, por cierto, tampoco alteran la composición química de los alimentos, ni siquiera de la leche materna. Es la cocción, sobre todo rápida, la que la altera, ya sea en microondas o en cocina tradicional, y ya sea leche materna u otro tipo de alimento.

La prueba de meter un móvil en el microondas

Existe la idea de que, si metes en el microondas un móvil y cierras, cuando llamas desde fuera no debería recibir la llamada. Obviamente, si alguien quiere hacer la prueba, NO hay que poner en marcha el microondas. Esto se debe a que el microondas debería funcionar como una jaula de Faraday. En efecto, en muchos microondas esto ocurre, pero en otros no. ¿Están estropeados? No. La razón es que el rango de las microondas es amplio, y las llamadas tienen una frecuencia más baja que la que suele usar un horno de este tipo. Aún así, y dado que NO es una radiación ionizante y que, por tanto, no es mala para la salud salvo porque puede generar quemaduras, la ley establece que hay una cantidad máxima tolerable de escapes de radiación en estos aparatos: una cantidad muy escasa que garantiza que no te vas a quemar.

El agua forma pompitas cuando echo azúcar

Sí señor: cuando el agua se calienta en un microondas lo suficiente y, al sacarla con cuidado, se echa azúcar, se generan pequeñas pompas alrededor, cosa que no ocurre en agua cocida de "forma clásica". Eso no significa que este agua esté irradiada y sea mala para la salud. Lo que pasa es que ese agua ha entrado en un estado de supercalentamiento.

El supercalentamiento se produce cuando se calienta un líquido por encima de la temperatura de ebullición y, sin embargo, éste no entra en ebullición. No me voy a poner a explicar el proceso, pero el caso es que, como las microondas calientan el agua de forma uniforme, no desde abajo (como pasa en la cocina), no se produce ebullición hasta que no se rompe la superficie del líquido con, por ejemplo, azúcar. De ahí que burbujee el agua alrededor de lo primero que se eche en ella: ha roto a hervir a pequeña escala.

Poner o no cucharilla en el vaso de agua

Se suele pensar que en el microondas no hay que meter objetos metálicos. Cierto: pueden estropear el aparato. Esto ocurre si se mete algo metálico y nada más. Pero la probabilidad de avería se reduce drásticamente cuanta mayor masa no metálica haya en el microondas. O sea, que si se mete un vaso de agua con una cucharilla, la probabilidad de avería es muy baja, casi nula. Tanto menor si se pone una cucharilla pequeña en una taza grande de agua.

Pero, ¿por qué iba a querer calentar el agua con una cucharilla dentro? Pues para evitar quemaduras por supercalentamiento. El efecto que describimos antes, con las burbujas alrededor del azúcar, puede ser muy peligroso si el agua está aún más caliente. El burbujeo puede ser tal y el agua estar tan caliente, que se han dado casos en que salta y quema al usuario.

La razón de meter una cucharilla es que rompe la superficie del agua, permitiendo que entre en ebullición estando dentro del microondas. De esta forma no hay riesgo de quemaduras. Y, además, si se pone azúcar no burbujeará.

Conclusiones

Espero que esto sirva para que se confíe más en un aparato que es completamente seguro. No pasa nada si se está delante del microondas, salen burbujas alrededor del azúcar o se mete una cucharilla en la taza para el té. No se han reportado casos de cáncer por el abuso de cocinado en microondas ni nada por el estilo. Así que cocinen tranquilos, que no morirán por la radiación de un horno microondas.

viernes, 4 de marzo de 2016

El activismo impertinente

Acabo de leer un post muy interesante de Jorge Matías titulado "No molestes". Me parece interesante, porque leer el razonamiento de alguien con quien no se está de acuerdo siempre es más interesante que el de alguien con quien coincides. Y no: no estoy en absoluto de acuerdo con el citado autor. Según él, "[Rita Maestre] pidió perdón al Arzobispo por [asaltar una capilla católica], convirtiendo así a activistas como Rosa Parks en señoras terriblemente maleducadas".

Parece que plantarse desnudo en un lugar por el que muchos sienten especial respeto es lo mismo que sentarse en un autobús reivindicando el derecho de la igualdad de trato. Rosa Parks no necesitó molestar a quienes no debía. No se plantó en casa del conductor del autobús, que igual creía en la igualdad, ni necesitó soltar propaganda anti-nada que ofendiese a nadie externo al problema de la segregación racial en Estados Unidos. Ella simplemente dijo "no" a levantarse de un asiento al que tenía derecho. Los ofendidos por ese simple acto sólo podían ser aquellos que querían mantener esa injusticia. Por eso su acto fue extraordinario. Por eso ella no fue una maleducada, por mucho que Rita Maestre haya pedido perdón. Dista un abismo entre ambos actos: el abismo del respeto a quienes no piensan como tú y no te están ofendiendo.

El católico tiene derecho a serlo y que se le respete. Y el laicismo tiene derecho a criticar la presencia de esa capilla. Yo no te ofendo por ser católico y, si lo hago es porque está en ti la ofensa: no hago nada malo contra ti, ni mermo tus derechos, ni te agredo. Simplemente, creo en algo en lo que tú no crees. Si eso es para ti una ofensa, tienes un problema, amigo. Si tú asaltas el rectorado al grito de "¡quiten esa capilla!", realmente no ofendes a nadie que no pinte algo en este asunto. Si asaltas en pelotas lo que para muchos es un lugar sagrado, sí. Y ofendes al creyente por ser creyente, cuando el creyente y sus creencias no te han hecho nada. Y el cura de la capilla tampoco. El rector igual sí (insisto en que no me he informado a fondo sobre el tema): mantiene esa capilla cuando igual no debería. ¿Por qué narices tienes que ofender a los creyentes que no te hacen nada, en vez de ofender a quien te hace el mal directo, esto es, la institución que permite que esa capilla esté ahí?

Combatir ciertos privilegios eclesiales, que los hay, no debe confundirse con combatir la fe. No necesitas ofender mi fe para luchar contra los privilegios de ciertas instituciones religiosas. Montar una huelga para reivindicar derechos ofende a quienes hacen mal las cosas, explotando a sus obreros y sólo a ellos. Sentarse en un sitio para blancos ofende a los que apoyan leyes segregacionistas y sólo a ellos. Plantarse en una capilla en pelotas no sólo ofende a los responsables de la presencia de la misma en la universidad: también a mucha más gente, que igual hasta está de acuerdo con la reivindicación, pero que no te ha hecho nada para que les trates así.

Así que no se trata de ser políticamente correcto: no nos equivoquemos. Se trata de ser correcto con quienes no te han hecho nada. Es lo mínimo. Se llama respeto. Por eso, cuando se dice que, para reivindicar algo "creo que nos podemos saltar ciertas vallas", me temo que no puedo estar más en desacuerdo. Como mucho, te puedes saltar vallas legales que son las que quieres derribar, pero sin ofender a quien no lo merece. Porque, de saltarte más vallas, llegamos a un problema: ¿quién decide qué vallas podemos saltarnos? ¿Tú?

Frank Zappa fue molesto para quienes quisieron imponer cierta censura, y hoy podría hacerlo igual que entonces: no necesitó plantarse en casa de Al Gore en pelotas, afectando tal vez a sus hijos, que no habían hecho nada. Los Monty Pithon podrían estrenar su película exactamente igual, del mismo modo que muchos otros estrenan películas que ofenden a espíritus extra-sensibles, y no pasa nada. Y Holbach podría perfectamente publicar a su libre voluntad, que ni se mete ni ofende a nadie: sólo expresa una opinión, perfectamente respetable, sin insultar, sin llamar a asaltar conventos ni necesitar desnudarse en una iglesia para hacer publicidad de su obra. Opinar no debe ofender, salvo que al opinar agredas la integridad física, las ideas o emociones de los demás de manera innecesaria, máxime si no te han hecho nada. No es lo mismo opinar que Dios no existe que cagarse en las madres de todos los católicos, ¿verdad? Lo primero es opinar, lo segundo es ofender gratuita e innecesariamente.

Y esa diferencia es grande. Se pueden hacer muchas cosas, más allá de las buenas palabras, para reivindicar. Si quieres protestar por la presencia de esa capilla, pon una capilla del pastafarismo al lado y exige al rectorado que te dejen. Serás original, llamarás más la atención y a lo mejor, así sí, podrás comparar tus educados, simples e impactantes actos con el de Rosa Parks.