martes, 1 de diciembre de 2015

Mujeres dedicadas a los videojuegos

Acabo de ver un documental interesante titulado "mujeres + videojuegos". El documental trata varios puntos polémicos sobre el tema, entre los que hay cosas que suelen tocarme las narices. Quede claro de antemano que soy padre de dos niños y una niña, y me da igual si alguno de ellos es gamer o no, programador, diseñador de videojuegos o lo que sea. Lo que tengo claro es que quiero que los tres conozcan ese y otros mundillos, que pienso luchar porque tengan igualdad de oportunidades elijan eso u otra cosa y que hagan lo que hagan les apoyaré (salvo excepciones, como hacerse terroristas suicidas, evidentemente).

El punto que suele hacer que se me revuelvan un poco las tripas, sin tampoco pasarse, es el manido debate sobre si las diferencias de elección que suelen hacer hombres y mujeres son naturales o adquiridas. En el documental una de las entrevistadas dice que le pone de mala leche que se diga que las mujeres son menos agresivas. La siguiente en hablar dice que sí, que son algo menos agresivas. ¿Hay algo de eso, realmente? Y, yendo más a la cuestión de este párrafo, si hay diferencia, ¿es natural o adquirida?

A partir del octavo mes de embarazo, los testículos del bebé descargan en el flujo sanguíneo un porrón de testosterona que afecta al desarrollo de, entre otras cosas, el cerebro. Es decir, en ese momento, independientemente de la cultura, un niño y una niña tienen cerebros diferentes. Una vez nacidos, ambos irán cambiando la red neuronal que hay dentro de su cabecita según lo que van viviendo, que será en gran parte cultural. Pero la base ya es diferente. No tenemos pruebas fiables sobre en qué grado es la cultura y en qué otro grado la naturaleza quien determina estas formas de ser, por lo que ¿para qué puñetas sostener una u otra cosa? En la adultez, el cerebro de un hombre dedica un porcentaje mayor de su cerebro al sexo, por ejemplo. Suele existir el tópico de que los tíos pensamos más en sexo. Esa broma la gastan también las chicas. ¿Es una injusticia cultural? Si lo es, ¿por qué nadie se plantea eliminar ese encasillamiento? ¿O es que consideramos que eso es natural? ¿Tendrá que ver que nuestro cerebro dedica una parte mayor a eso?

Parece que, si es una cuestión natural, es como si el mundo estuviese en contra de las mujeres. Como si la igualdad fuese cuestión de que todos pensemos de igual manera. La realidad es que a mí me importa un pito si esas diferentas son naturales o adquiridas. Mi hija tiene un 70% de probabilidades de elegir una carrera sanitaria o social frente a una ingeniería: las estadísticas así lo indican. ¿Eso es natural o adquirido? Ni idea. Pero sí sé que, haga lo que haga, quiero que la traten como a una igual. Quiero que tenga igualdad de oportunidades.

Supongamos que es natural y de cada 10 mujeres solo a una le gustan los videojuegos. Supongamos, ¿eh? Que nadie me eche a los perros. Hay una empresa de videojuegos de 100 personas y solo hay 10 mujeres, lo que sería estadísticamente normal en ese supuesto. ¿Es esto una justificación para que se trate de forma diferente a esas 10 mujeres? No. ¿Es justificación para que las traten de "machorras" o "lesbianas"? No. ¿Es motivo para que les digan cosas como "vete a fregar"? No. ¿Lo es, tal vez, para que, al llegar uno de sus currículos a la empresa, lo descarten? No.

No, no lo es. Ninguna de esas cosas queda justificada por haber menos mujeres. ¿Por qué, habiendo ausencia suficiente de pruebas, hay que dar vueltas sin sentido a la cuestión de naturaleza vs cultura si eso ni es una excusa ni una justificación para un trato desigual?

Estamos empeñados en considerar que la igualdad se mide comparando el número de hombres y de mujeres que se dedican a algo concreto. En algunos campos, esto puede ser así, pero lo que realmente marca la gran diferencia es el trato que reciben por elegir libremente. Mi hija no recibirá un trato desigual porque las mujeres sean minoría jugando al Starcraft, sino porque una vez allí le pongan adjetivos despectivos, porque le hagan competir en campeonatos femeninos (que me parecen un insulto a las mujeres) o que, simplemente, no la admitan o la apoyen igual que a los chicos.

Es cierto que si fuesen más las mujeres en el sector, seguramente se sentirían mejor tratadas, entre otras cosas porque los gilipuertas que las tratan de manera diferente tendrían que cortarse y así, poco a poco, se romperían barreras. Me encantaría que ese día llegase. Lo que pasa es que, como no sé si esa elección está marcada por factores naturales, ignoro si lo veremos. Pero creo que ya es hora de que nos demos cuenta que la igualdad y la tolerancia no se demuestran tratando igual a las mayorías, sino a las minorías. La solución a los problemas no tiene siempre que pasar por "queremos ser tantos como vosotros para ser tratados iguales", sino por "queremos ser tratados iguales porque tenemos derecho a que así sea, independientemente de nuestro número".

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