jueves, 10 de diciembre de 2015

Cambiando el sistema

Un deplorable artículo

Recientemente, El Mundo publicó un artículo sobre el porcentaje de votos exigido en una circunscripción para poder tener representación. En el artículo se plantea el dilema de eliminar ese límite y las circunscripciones por las desigualdades que estos generan en el número de personas a las que representa cada diputado. A tenor de esto, yo hice el siguiente comentario en Twitter: "Lo que plantean es un retorno a los sistemas electorales de principios del siglo XIX. Y se cambiaron por algo.". Y esto dio lugar a una bonita conversación.

Si bien ya hablé de este tema en algún post anterior, voy a tratarlo de nuevo, más enfocado a las razones para que el sistema funcione así. No digo que no haya que cambiarlo, conste, pero si no conocemos las razones es posible que acabemos cometiendo los mismos errores para los que hace más de un siglo se buscaron soluciones: las que hoy se aplican y criticamos.

Para empezar, diré que el artículo es pésimo. Y lo es porque sus ejemplos, siéndolo en muchos casos de buen funcionamiento del sistema, los usan para criticarlo. Y pongo un ejemplo:
"El contrasentido está además en que habrá provincias en las que el perjudicado puede ser el más votado si otros dos partidos rebasan el listón del 20%: ése fue el caso de Ávila en 1986, donde el CDS aprovechó el tirón del abulense Adolfo Suárez para lograr un magnífico 41% que, sin embargo, se tradujo en sólo uno de los tres escaños en juego porque AP y el PSOE obtuvieron un 29 y un 25% respectivamente."
Pero vamos a ver: tienes tres escaños, a repartir entre tres partidos, uno con un 41% de los votos, otro con un 29% y otro con un 25%. ¿Cómo los repartes? ¿Cuál es el problema que plantean: que UCD debió conseguir dos escaños? ¿En serio? Dos escaños equivalen a un 66% de los votos. ¿Es más razonable dar a un partido un escaño para el que le falta un 25% de votos que a los otros dos sus escaños para los que les faltan un 5% y un 8% respectivamente? ¡¿EN SERIO?! ¿Le parece a los autores del artículo un ejemplo de mal funcionamiento?

Cuando el artículo ya va en este plan, de ver problemas donde no los hay, pues apaga y vámonos. Tratar, como hacen, los votos por debajo del mínimo exigido legalmente, como "inútiles", es no entender la democracia. Esos votos nunca obtendrían representación, porque son minoritarios (menos del 5% de los votos, con lo que aun sin límite no habría representación). Pensar que los que votan a quienes no logran obtener un escaño es voto inútil es ni entender el sistema ni tener conocimientos para escribir un artículo al respecto. Votar es expresar una opcinión. Si pierdes, lo asumes. Si no obtienes representante, lo asumes. Y ahí la regla del 5% no tiene nada que ver, y expresarse nunca es inútil, al menos en democracia. ¿De qué va esto, de decir "señores de partidos minoritarios, ni se molesten en ir a votar"?

El problema aparente

El problema, según se plantea ahí, es que el voto de un español de Madrid no vale lo mismo que el de un español de Burgos. Y es cierto en términos de representación. Pero cuidado: en el artículo nadie habla de elegir presidente, sino de las elecciones al Parlamento, mondas y lirondas. Las que va a haber el 20 de diciembre, vamos.

Así pues, hablamos de votar representantes, no a un presidente. Lo de elegir presidente sale a relucir en la discusión, cosa que me parece fenomenal, pero no es de lo que versa el artículo que critico. En España, como en muchas democracias europeas, no se elige al gobierno, sino al aparato legislativo. Es el aparato legislativo quien elige al gobierno. Y dado que elegimos representantes, hay que tener en cuenta que hay lugares con una idiosincrasia y circunstancias especiales que, si hubiese circunscripción única, quedarían sin representación. Ejemplo: Ceuta.

Para evitar fastidiar a las minorías es por lo que a los territorios con poca población se les da un número mínimo de representantes. De esta forma, el sistema se asegura de que todas las condiciones y circunstancias en el territorio quedan representadas, y se evita que entre quienes viven en Madrid, Barcelona y Valencia quede sentenciado el Congreso y elijan en temas críticos para todo el territorio: por ejemplo lo que ocurre en Canarias.

Eso, que muchos ven como criticable, no es más que solidaridad representativa. Los madrileños, que son muchos en un territorio pequeño, ceden parte de su representatividad para que gente de Soria, por ejemplo, puedan ir al Congreso y tener voz y voto. ¿No es justo? Hombre, pues... Depende de cómo se mire. Yo prefiero un país donde se escucha a todo el mundo, aunque sea minoritario, que una pseudo-dictadura de tres o cuatro ciudades grandes.

El problema real

Todo esto no quita para que el sistema tenga evidentes problemas. Y ahí estoy 100% de acuerdo con mi cuñado, quien pone sobre la mesa el tema clave: la elección del Presidente del Gobierno, esto es, del ejecutivo. Pero conste: ese problema, que es uno de los realmente críticos, no es de lo que va el artículo.

Como comenté en algún post anterior, yo soy presidencialista. Eso implica que el ejecutivo es elegido directamente por el pueblo, mediante elecciones, igual que el legislativo. O sea, que tendríamos dos elecciones: las del ejecutivo y las del legislativo. Y ahí sí es planteable hacer circunscripción única. ¿Por qué? Pues porque lo que se está eligiendo, en el fondo, es a un solo representante para todos. Es una decisión común, por lo que puede tener lógica que lo elijamos entre todos por igual.

Pero entonces entendamos de qué hablamos: no es un cambio en el actual sistema, sino un cambio de sistema. Ya no estamos tratando la reforma de un piso, sino de mudarnos. Ese cambio tiene mucha tela y también hay argumentos en contra. En cualquier caso, sigo siendo pro-presidencialismo y mantengo mi acuerdo con que en esas elecciones (y solo en las del gobierno, no en las del legislativo), podría tener sentido una circunscripción única.

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