miércoles, 19 de noviembre de 2014

Las asignaturas que echo de menos

Supongo que a lo largo de nuestra vida todos hemos echado de menos saber más sobre algún tema que consideramos importante. De entre todos esos temas, creo que la mayoría de nosotros compartirá algunos, que somos muchos quienes los hemos echado en falta. La pregunta, ante eso, es ¿por qué no se nos enseñaron en el colegio? En algunos casos, porque se consideran conocimientos muy técnicos o específicos como para enseñarse a tan cortas edades (aunque llamar edad "corta" a los 14 o 16 años no me parece muy aceptable). Sin embargo, en otros la razón es, simplemente, porque nadie se lo planteó nunca, o porque no eran conocimientos necesarios en el momento en que se diseñó el sistema.

El modelo de educación actual, tal como fue concebido en sus principios, era una forma de preparar a las personas para su trabajo. Se obtenía cultura general de diversas materias que sentaban las bases para, luego, en la Universidad, estudiar algo más específico. Sin embargo, la cantidad de conocimientos que hay ahora mismo es enorme, y el acceso a ellos igualmente grande. Nunca como ahora una persona puede, en sus ratos libres, obtener una formación como la que ahora puede conseguir a través de Internet. Para colmo, la forma de nuestra sociedad, los conceptos de libertad y derechos que hay en la actualidad y el papel de las instituciones en nuestras vidas ha cambiado enormemente a lo largo de los dos siglos que tiene, más o menos, el actual modelo de educación.

Hoy, las necesidades que todos tenemos en nuestra vida son muy diferentes. Necesitamos formarnos prácticamente toda nuestra vida, por lo que surge la pregunta: ¿qué es lo que deseamos que constituya la "educación básica"?

Para mí, la educación básica debería proporcionar a todos los instrumentos necesarios para saber cómo manejarse en los entornos políticos, sociales y tecnológicos actuales, así como las herramientas personales necesarias para hacerlo de forma que podamos sentirnos lo más felices que nos sea posible. Y basándome en esto, echo de menos muchas cosas.

Independencia Política

Saber cómo funciona nuestro sistema político, desde nociones de la Ley Electoral al funcionamiento del sistema representativo me parece fundamental. Creemos que eso de meter un papelito en una urna es bastante fácil, pero no nos damos cuenta de que cuando la gente habla por televisión, o tomándose un café con los amigos o, simplemente, pensando en que nuestra Constitución es una porquería (algo que muchos piensan hoy día), realmente no suelen tener ni pajolera idea de lo que hablan. Conocer nuestro sistema político es el primer paso para tener capacidad de cambiar las cosas. Cuando un partido dice que va a proponer cambios en la Constitución mucha gente asiente, porque es realmente necesario, pero a poco que se entre en detalles no se tiene ni idea de la diferencia entre nuestro estado autonómico, una federación, una confederación o lo que sea que se quiera proponer ni las consecuencias de instaurar modelos territoriales así. No digamos si se habla del sistema de reparto de escaños o de si un voto en blanco vale más o menos que una abstención.

Seguridad Legal

Son muchos los derechos que tenemos, y muchos los instrumentos para ejercerlos, aunque en bastantes ocasiones no sean lo efectivas que nos gustaría. Conocer las bases del sistema judicial y del Derecho, así como la forma de acceder a los instrumentos que nos permiten ejercerlos, es trabajo de la clase política. Sí: sé que no lo hacen muy bien, y que todos pasamos tres pueblos de reclamar cosas a veces por no meternos en los follones y gastos derivados de hacer valer tales derechos, pero la realidad es que existen instrumentos que nos permiten hacer frente a problemas legales.

La primera vez que me vi amenazado por alguien en el campo legal fue con un cliente que reclamaba más de lo que debía. Gritó enfurecido, y muy seguro, que me denunciaría. Y yo, francamente, me acobardé. Ignoraba lo que es significaba ni las consecuencias que podía tener, pese a que sigo teniendo claro, aún hoy, que yo tenía razón. Al final, accedí a una solución de compromiso con tal de no meterme en abogados, y aún hoy me da rabia no haber hecho vales mis razones frente a tal tipejo. La segunda vez fue en un trabajo. Quienes nos contrataron a un amigo y a mí se portaron francamente mal, y quisieron demorar el pago del finiquito correspondiente por nuestra marcha hasta que se terminase un proyecto que nosotros no teníamos por qué finalizar. Curiosamente, nos mostramos dispuestos a terminarlo al marcharnos, por lo que la retención del finiquito era totalmente innecesaria, lo que me tocó las narices. Obviamente, tras la experiencia previa mi actitud ante el conflicto fue muy diferente, y presenté una denuncia ante el SMAC.

No se trata de estudiar leyes o derecho. Ni tampoco de hacer expertos en burocracia judicial. Se trata, para empezar, de saber bien qué son los derechos, cuáles son los fundamentales, y, ante todo, que los chavales, que en los últimos años de educación preuniversitaria ya se acercan a la mayoría de edad, sepan lo básico sobre qué hacer en caso de tener un problema así y la actitud que deben mantener ante ese tipo de casos. Qué es un abogado, cómo acceder a sus servicios, los costes y problemas que tendrán. El acceso a asistencia legal gratuita, etc.

Economía Personal

¿Saben que si sus hijos, en vez de contratar un plan de pensiones a los 30 años, lo contratase a los 18 obtendría en su jubilación entre un 50 y un 100% más? ¿Sabe que una persona que hace 40 años hubiese comprado acciones de Pepsi hace 30 años su capital se habría multiplicado por 38, mientras que si lo hubiese hecho diez años más tarde solo tendría cuatro veces y media más? Es el poder del interés compuesto.

Normalmente nos planteamos ahorrar cuando tenemos dinero, cuando ahorrar es algo que debería ser constante en nuestra vida. Además, nos preocupamos por nuestra jubilación cuando tenemos hijos o nos acercamos a la crisis de los 40, habiendo dejado pasar ya entre 10 y 20 años que nos habrían proporcionado enormes beneficios. Esto ocurre porque salimos del colegio sin tener ni idea de lo que es el dinero, lo que vale y lo que valdrá. En general, no sabemos ni ahorrar, ni invertir, ni nada que no sea ir a por la casa y esperar a jubilarnos por cuenta del Estado. Cuidado, porque yo tengo casi 40 y me faltan 27 años para jubilarme (al menos), y en ese tiempo las cosas pueden cambiar mucho y el Estado puede haber dejado de pagar jubilaciones.

Es importante que nuestros hijos aprendan que ahorrar es más sencillo de lo que parece y, más aún, más importante de lo que parece. El colegio puede ser un extraordinario aliado en este sentido.

Computación

Sí, sí, lo sé... Soy pesado en este punto. Hasta la saciedad. Pero no me cansaré de repetir que la computación será en el futuro parte de esa cultura general que todos debemos tener, como leer, escribir, sumar o restar. Yo doy clases a mis hijos de computación los jueves, y en el caso del mayor (el pequeño empieza la semana que viene), proporciona mucha seguridad en asignaturas como matemáticas.


Y esto es todo. No sé si alguien tendrá alguna idea de otras asignaturas que eche de menos en el colegio. Además, dado que muchos lectores no residen en España, me encantaría saber la formación de este tipo que hay en los países donde residen. ¿Sabéis de sistemas donde se enseñen estas materias?

Un saludo

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