miércoles, 7 de mayo de 2014

LOMCE y computación: otra oportunidad perdida

Convencido de que mis hijos deberían aprender computación, el año pasado tomé la iniciativa de ofrecer en los colegios de la zona una extraescolar de programación y otra de robótica. Todo por hacer que los niños aprendan a programar. No obtuve respuesta, salvo del colegio donde trabaja mi mujer: solo faltaría que ellos no me contestasen.

Escribí al responsable de extraescolares. Su respuesta fue que "no". La verdad es que es un colegio donde suelen decir que "no" a todo, así que no me extrañó mucho.

Este año, el hijo de la presidenta del centro se aficionó al Minecraft y, a través de una publicidad sobre un curso de programación de mods para ese juego, acabó yendo a unos talleres de computación básica. Mira por dónde, le gustaron, así que han decidido hablar con la empresa y ofertar un campamento de verano.

Recordatorio: la próxima vez debo escribir al hijo de la presidenta.

Mosqueos aparte (¿por qué siempre escribo un post por un mosqueo?), me parece una iniciativa estupenda. Todos los colegios deberían tener una extraescolar de computación. La computación es un conocimiento que dentro de 50 años se considerará aprendizaje básico. Igual que hoy no nos entra en la cabeza que alguien no sepa leer o escribir, porque lo consideramos imprescindible, en 50 años lo será tener una noción muy básica de computación.

Todo el mundo debería exigir al colegio donde trabajan o a donde llevan a sus hijos que se enseñe a programar. Y quiero que mis hijos aprendan a hacerlo, también. Lo mínimo y necesario, pero que sepan lo básico. Mis hijos irán a la extraescolar, si la organizan, por mucho que me duela que me hayan tomado por el pito de un sereno.

El caso es que ayer, en el club de fútbol al que van mis hijos, los padres hablamos de la nueva ley sobre educación (la LOMCE). No voy a meterme en cuestiones políticas, ni a favor ni en contra de la ley. Lo que me fastidia de todo el asunto es que de nuevo andamos con asignaturas de aquí para allá, reformas y cambios... ¡y seguimos sin computación!

China ha hecho obligatoria la programación. En Estados Unidos hay un movimiento de gran empuje llamado code.org que promueve la enseñanza de programación en el colegio. Muchos centros tienen ya en España (¡aleluya!) extraescolares relacionadas con esos temas. Señores... ¿¡pero a qué esperan!?

He buscado el artículo, pero no lo encuentro (editaré el post si lo consigo): hace un año o dos leí un post en que el dueño de un pequeño negocio en Estados Unidos hablaba del coste que tenía para él formar a una persona. Este hombre tenía una empresa dedicada, si no recuerdo mal, a la confección de telas o algo así. Evidentemente, su productividad se mantuvo a lo largo de los años, pero dados los costes escasos de producir en China, poco a poco vio cómo su negocio mermaba. No tuvo más remedio que comprar un sistema de producción controlada por ordenador.

El problema que tuvo fue que nadie en la compañía tenía ni idea de cómo manejar ese cacharro. Todos ellos eran obreros de formación elemental o profesional media y jamás se las habían tenido que ver con un ordenador. El hombre contaba orgulloso cómo contrató a un chavalín que sabía de ordenadores, aunque no de telas, y cómo consiguió no echar a nadie, porque sus contratados, con los que llevaba años, de quedarse en la calle muy probablemente jamás podrían volver a trabajar. Qué duro, ¿verdad? Les faltaba formación.

Manejar un ordenador no es simplemente aprender a controlar programas tipo Word o Excel, que es lo que suelen enseñar en el colegio de forma obligatoria. Aprender a manejar un ordenador y saber enfrentarse a él de forma medianamente intuitiva implica saber cómo piensan esos cacharros.

Casi todos los programas tienen funciones muy mejoradas si sabes algo de programación. En casi todos ellos tienes la opción de meter algo de código para hacer cosas para las que en principio no están preparados. Y eso va a más, porque adaptar un programa a las necesidades de todos y cada uno de los clientes es muy complicado. Así que para ser un buen profesional, competitivo en un mercado cada vez menos seguro profesionalmente, saber programar es una cuestión de supervivencia.

Y esto no es sólo válido para los obreros: los directivos no sabrán nunca lo que un ordenador puede hacer por ellos si no saben lo mínimo de programación. Saber programar es una parte importante en la implantación de tecnología en nuestras empresas. Es fundamental a la hora de hablar con técnicos y explicarles lo que quieres que hagan para ti o para tu empresa, o para calcular los beneficios reales de la implantación de una tecnología.

La implantación de la asignatura de computación de forma obligatoria marcará un antes y un después en la formación de nuestros hijos. Los últimos que no aprendan a programar tendrán una clara desventaja frente a los primeros que crezcan en un sistema que tenga computación como obligatoria.

Señores políticos, gracias: acaban de perder otra oportunidad estupenda de hacer que mi hijo esté en el grupo aventajado. Yo tengo suerte: sé que es fundamental que mis hijos aprendan esas habilidades y presionaré en favor de eso. En su colegio habrá programación aunque tenga que escribir al nieto de la presidenta. Y si no, se la daré yo en casa. Pero mucha gente de nivel cultural bajo no es consciente de esa necesidad y sus hijos, más dependientes de las decisiones que ustedes toman, llegarán al mercado laboral con una clara desventaja.

Nos planteamos cuándo tendremos un presidente que sepa hablar inglés. Yo, sinceramente, me pregunto cuándo tendremos un presidente que sepa programar. Eso, amigos, no se arregla con un traductor.

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