lunes, 23 de mayo de 2016

Dos años de Incasequible

Quién lo iba a decir. Hace un momento he abierto blogger y me he dado cuenta de que hace poco más de quince días este blog cumplió dos añitos. Cuando empecé no las tenía todas conmigo. Había iniciado varios blogs, y no los mantuve. Dar contenido a un blog es complicado, porque tienes que hacerlo con cierta frecuencia o te olvidas, y no siempre hay tanto tema del que escribir.

Recuerdo que en la facultad tenía un compañero que quería ser escritor. Y comentó un consejo que le dio alguien una vez. Según él, escribir, si quieres que sea tu trabajo, debe hacerse apetezca o no, como cualquier trabajo, y todos los días debe escribirse algo. Si no tienes ganas o no se te ocurre, da igual: escribe. Yo no lo he seguido al pie de la letra, porque no pretendo hacerme escritor, pero sí he tenido presentes esas palabras y me he obligado en ocasiones, para no perder el ritmo.

Nunca pretendí que este blog se convirtiese en un lugar de masas. Mi concepto de éxito para este blog era alimentarlo durante al menos un año. Y van dos. Así que sí: Incasequible es un éxito. Un éxito personal, que son los más importantes.

Así que, bueno... Gracias a quienes leéis Incasequible. En el fondo, saber que hay quien lee esto, anima. Aunque seáis cuatro gatos. Cuatro gatos incasequibles. Gracias, de verdad.

Para terminar, voy a hacer lo típico que hacen los sitios guays y grandotes. ¡Incasequible en cifras! O, mejor, "las humildes cifras de Incasequible":

  • El primer post, "mi hijo se está echando una partida, ¿y qué?" se escribió el 5 de mayo de 2014.
  • Ese primer post es también el más visitado: 384 visitas. En segundo lugar, con 364, "análisis del vago".
  • Pero la media de lecturas es muchísimo más baja: 38 por post.
  • Seis posts han superado las 100 visitas.
  • Sólo dos meses no tienen entrada alguna en el blog: agosto y septiembre de 2014. Una vez lo retomé en octubre de ese año, he escrito todos los meses al menos un post.

Metería las tontadas sobre las tazas de café y horas dedicadas y todo eso, pero ni lo he contado ni ganas.

Y, ahora, ¡a por un año más!

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